Porque una de las cosas que es detonante de que no estoy despierto es que siempre culpo a los demás de todo lo que estoy viviendo y de lo que ellos me hacen sentir... 

Todo a mi alrededor conspira contra mí y por consiguiente yo soy una víctima de las circunstancias.

Entonces llegará el día que todo explote en mi interior y me haga vivir la noche oscura del alma, llegar a lo más profundo del abismo y creer que me va a llevar a la desesperación y a la locura.

En esos momentos siempre hay personas a nuestro alrededor que nos pueden ayudar si se lo pedimos. No debemos pretender que esa ayuda venga sin que la hayamos solicitado, pues de ese modo todavía estamos actuando como víctimas.

Debemos hallar la humildad en nuestro interior y reconoce que algo falla en nosotros y que tenemos que encontrarlo para poder salir del agujero.

Ser nobles y honestos con nosotros mismos y con los que forman parte de nuestra vida para no herirlos más con nuestros desprecios culpándolos de todo aquello que nos sucede.

Es hora de tomar las riendas de nuestra vida y empezar a iniciar el arduo trabajo que nos queda por delante para ir vaciándonos de todo lo que nos mantiene atrapados en la más profunda oscuridad.

Nuestra vida está repleta de experiencias y se trata de que aprendamos de todas ellas, no que las rechacemos porque no nos gustan y las convirtamos en un suplicio. Y, si se van repitiendo los mismos patrones en algunas, detenernos para ver qué nos están diciendo para comprender lo que debemos afrontar y transformar.

De nada sirve patalear y protestar por lo que nos ha tocado vivir ya que esto lo hemos elegido nosotros mismos para el aprendizaje del alma y, nos guste o no, ese es el verdadero propósito de la vida.

Párate frente al espejo, mírate fijamente a los ojos, a lo más profundo de tu alma y trata de mentirte a ti misma, a ver qué sucede...

A partir de ahí, que cada uno, con su libre albedrío actúe según su deseo.

Luz y Amor para tod@s